Cambios epigenéticos

 

en genes y nemes

 

 

 

Introducción

 

 

 

            Los niveles de organización de la materia y de la vida responden a la misma organización jerárquica. Cuando se asocian unas estructuras materiales entre si para formar una organización superior, surgen nuevas propiedades que las estructuras individuales  anteriores no tenían. Por ejemplo, al asociarse átomos para formar moléculas aparecen propiedades nuevas, las moleculares, que los átomos no poseen como entidades individuales; lo mismo ocurre cuando se asocian células para formar organismos…..

 

 

 

Volviendo a los nemes…

 

 

 

             Supongamos organismos vivos inteligentes como los de la especie humana: La actividad cerebral de cada individuo genera pensamientos, sentimientos y otras actividades mentales que se pueden agrupar en unidades sujetas a evolución, lo que yo he denominado nemes. Estos nemes resultan de la actividad electroquímica de las neuronas del encéfalo que transmiten la información generada por los humanos en forma de impulsos nerviosos. Como dichas neuronas están interconectadas entre si, al transmitirse la información nerviosa se establecen una serie de circuitos neuronales que aumentan o disminuyen, se refuerzan o se debilitan, según su uso. Se sabe, por otro lado, que existe un débil campo electromagnético generado por cada persona (y cada animal) que como tal, puede salir más allá del cuerpo humano y puede ser captado fuera de este por quien lo sepa interpretar. Es probable que la actividad neuronal y mental de las personas influya en la generación de estos campos, haciéndolos peculiares respecto a los de otros animales. ¿Cómo interacciona este campo magnético con el de otros individuos pensantes? ¿Se transmite la información pensada por medio de este campo a través del espacio entre individuos? ¿Es este hecho la base de la telepatía?

 

            Los nemes,  estas unidades de actividad mental, se asocian entre si, para formar nemcosistemas que a su vez están jerarquizados igual que ocurre con los ecosistemas; todos los nemscosistemas constituyen la nemósfera, equivalente a la ecosfera terrestre.

 

            Esta nemosfera transcurre y evoluciona en el tiempo, igual que lo hace la ecosfera. Los nemes están sujetos, por lo tanto a cambios temporales, según una evolución de tipo neodarwiniana, pero con sus peculiaridades. No solamente los organismos luchan y compiten por la existencia sino que lo hacen los nemes (ideas, pensamientos, sentimientos…) por ejemplo, cualquier religión ó ideología trata de imponerse sobre las demás, al más puro estilo darwiniano…Es una evolución mucho más rápida e inestable, es decir cambiante y se transmite a través de la cultura; ahora bien, se asienta sobre los individuos biológicos de la especie humana y sus poblaciones. Los nemes son entidades emergentes a partir de la actividad cerebral de los humanos, igual que la vida  emerge de la materia. Así como los seres vivos, con el discurrir del tiempo, mueren y desaparecen como tales (aunque no su materia que se transforma), los nemes de una persona también desaparecen cuando esta muere. ¿Pueden sobrevivir los nemes? Pues si: mediante la cultura: Determinados nemes positivos y con valor de supervivencia, se transmiten culturalmente a lo largo de las generaciones, primero, oralmente y después mediante la escritura, soportes audiovisuales y por último por medios informáticos. Estos nemes así registrados, recuerdan en cierto modo, a los fósiles de los seres vivos, aunque en este caso se pueden conservar en mejor estado. Además, según la ciencia epigenética, los nemes podrían transmitirse a las siguientes generaciones como una suerte de “herencia adquirida”. Mas adelante volveré sobre este tema.  ….

 

            Pero…. Vayamos un poco más allá: Por lo indicado anteriormente, al generarse los nemes se podrían emitir paralelamente campos electromagnéticos que como tales, pueden salir de la persona generadora; como tales campos electromagnéticos, se transmiten a la velocidad de la luz (no olvidemos que es energía electromagnética) . ¿Llegan a algún sitio estos nemes? ¿Son captados por algo o alguien a lo largo de su recorrido? ¿Son percibidos e interpretados por otras personas? ¿Necesitan estas un adiestramiento especial para esta percepción? ¿Son las personas llamadas sensitivas o con poderes paranormales?

 

            Si esto es cierto, los nemes no desaparecen, sino que están viajando en el espacio, aunque con la distancia se pueden debilitar, desde el punto de vista de un observador, igual que ocurre con la luz.

 

 


 

 

Prácticas espirituales

 

 

 

            Son conocidos los efectos favorables sobre la salud que ejercen prácticas espirituales tales como la oración y la meditación. Ayudan a que la persona que las practica logre un equilibrio emocional y una paz espiritual que le protege de situaciones de stress crónico, tan habituales en nuestras agitadas sociedades occidentales.

 

            La oración, tradicionalmente, se relaciona con las diversas religiones; pero no tiene por que ser así. Es más, es probable que las religiones hayan incluido tal práctica espiritual en sus cuerpos de doctrina por sus beneficios y bondades. Orar es comunicarse con un ser a distancia, con un ser que no se ve (se supone que superior, pero no necesariamente…), que puede ser una deidad, con diversas intenciones (alabarle, pedirle beneficios, para el orador u otras personas, dialogar con él….) Es una suerte de telepatía que se realiza ¿por medio de nuestros campos electromagnéticos emitidos al orar? ¿o es una suerte de comunicación cuántica?

 

            La meditación es un ejercicio de concentración mental sobre algún hecho u objeto en concreto, sobre una situación, o sobre la existencia, la vida, etc,. La diferencia esencial con la oración es que no se dirige a ningún ser en concreto; por lo tanto sus bondades repercuten directamente sobre la persona practicante; pero si se emiten señales electromagnéticas al meditar, puede que estas incidan de alguna manera en el ambiente externo al meditador, o bien sean captadas por otros seres….

 

            Las señales electromagnéticas emitidas por nuestro organismo, de varios órganos como el corazon y principalmente el cerebro, son un sistema de transmisión y de coordinación de nuestro cuerpo muchísimo más rápido que los impulsos nerviosos y por lo tantos mucho más eficaces en las situaciones de respuesta rápida como ataque, huida, etc. Estos débiles campos electromagnéticos, emitidos por nosotros, así como influyen en la transmisión de información y en la coordinación de nuestro organismo, tambn pueden salir fuera de nuestro cuerpo y actuar sobre el ambiente externo, llegando a otras personas, por ejemplo. En teoría, podría existir un sistema de comunicación a distancia entre humanos, una especie de telepatía, por medio de estas señales electromagnéticas. Salvo algunas personas con poderes paranormales, la mayor parte de nosotros no sabemos utilizar este sistema.

 

 

 

¿Es la consciencia un fenómeno cuántico?

 

 

 

            Por otro lado, ya sabemos que en el mundo subatómico impera la mecánica cuántica. Por ejemplo, los electrones pueden estar en varios lugares a la vez alrededor del núcleo atómico, en un margen de probabilidades. Solamente si se miden, es decir, se detectan, se estabilizan según esta medición para una de sus propiedades, bien la velocidad, la posición, el spin….

 

            Se dice que esto no ocurre en el mundo macroscópico. Pero ¿sucede realmente así?

 

Hay que tener en cuenta que en el caso de la especie humana, por ejemplo, existe lo que se llama el libre albedrío: Las personas pueden elegir una acción o bien una conducta entre varias posibles. Cuando eligen una, según su criterio, la han fijado (la han medido) en el tiempo y en el espacio, dentro de las posibles. ¿No es esto una suerte de física cuántica a nuestra escala? Un ser gigantesco que nos observara podría pensar que nos comportamos como los electrones…. En realidad, si la física cuántica impera en el mundo subatómico, ¿por qué no va a estar también a todas las escalas cósmicas? Otra cosa es que nosotros lo percibamos.

 

            Según las teorías epigenéticas, cada vez más fundadas, la actividad mental, (pensamientos, emociones, actitudes, creencias…) estimulan la producción de diversas biomoléculas en nuestro organismo, como neurotransmisores, interleucinas, hormonas… o bien las ondas electromagnéticas antes comentadas, que viajan por el, llegan a las células y pueden influir en nuestra salud, bien positiva o negativamente y además pueden provocar la activación o desactivación de determinados genes….

 

            Es decir, que nuestra mente, con nuestra libertad de acción y elección, con nuestro libre albedrío, con nuestros buenos o malos pensamientos, con nuestro estado de ánimo, influye en nuestro cuerpo, en nuestra salud y en nuestros genes. Estos hechos se pueden realizar en un sentido o en otro, dependiendo de las circunstancias ambientales, de nuestro albedrío, de nuestras relaciones humanas y sociales, etc; por lo tanto hay todo un abanico de probabilidades de las cuales se cumplen unas u otras dependiendo del devenir del tiempo y del espacio, es decir del cambio evolutivo. Los seres vivos y no vivos, la materia, al evolucionar, va fijando una determinada realidad entre múltiples posibles: el Universo se va realizando, se va haciendo, en su evolución; podría hacerse de otra manera, ya que existen muchas posibilidades. De entre las múltiples potencialidades se realiza una que se convierte en acto, que se supone es la más probable. Pero … puede cambiar la probabilidad…

 

 


 

 

¿Formamos parte de un multiuniverso cuántico?

 

 

 

            Estos razonamientos enlazan con la existencia de múltiples universos potenciales más o menos probables. Así como un determinado estado de un electrón alrededor de su átomo se fija una vez observado y medido, según la física cuántica, la materia-energía del Cosmos se realiza, se actualiza, se concreta de entre muchas posibles, a lo largo de su evolución espacio-temporal.

 

            Muchas veces nos hemos preguntado, que hubiese ocurrido si hubiésemos actuado de otra manera ante una situación. Esta otra actuación también era perfectamente posible, pero ¡no la elegimos!...  Nuestro futuro hubiese sido diferente.

 

            Ya he escrito en otras ocasiones que a lo largo de la evolución de nuestro universo, que está en expansión, van apareciendo existencias: Primero, en los primeros instantes del big bang, solamente existía energía, que quizá proviniese de otro universo ¿a través de un agujero negro?; esta energía, a medida que se fue enfriando como consecuencia de la inicial expansión inflaccionaria, fue dando lugar a materia (no olvidemos que la energía se puede interpretar como materia condensada y muy caliente) y esta se fue complicando cada vez más con su enfriamiento y expansión, aunque no necesariamente en el orden que indico a continuación y tampoco de forma lineal:

 

 

 

¿Cuerdas? …. quarks, electrones, neutrinos, fotones, protones, neutrones, átomos, moléculas, nebulosas, estrellas, planetas, galaxias, cúmulos de estrellas y galaxias, seres vivos, inteligencias, espíritus…

 

 

 

            Siempre, respetándose el principio de conversión de materia en energía y viceversa.

 

             En realidad, al expansionarse nuestro universo, se vá creando espacio y tiempo, de manera que el cosmos en un entramado de cuatro elementos que interactúan entre sí, a lo largo de su evolución: energía, materia, espacio y tiempo. No se puede entender uno de esos componentes sin  los otros y todos forman un todo único en continua movilidad y transformación. Todo lo que hay en el universo, materia energía, espacio y tiempo, está interconectado y se influye mutuamente, como los componentes de un ecosistema.

 

            Según la teoría de las cuerdas, estamos formando parte de un multiuniverso de 11 dimensiones; nosotros solo percibimos nuestro universo tetradimensional (3 dimensiones espaciales y una temporal); pero existen realidades, las restantes dimensiones, que nos son ajenas. La estructura más íntima y diminuta de la materia-energía correspondería a unas cuerdas casi infinitamente pequeñas, todas iguales, que según con que frecuencia vibren, originan los diferentes tipos de materia y energía. Todo el multiuniverso estaría formado por estas cuerdas que pueden pasar de unas dimensiones a otras sin estar limitadas al espacio y al tiempo; es decir, una cuerda puede saltar de una dimensión a otra instantáneamente y sin atravesar ningún espacio. Para esto hace falta que se cumplan determinadas condiciones de resonancia vibratoria entre las dos dimensiones en cuestión. Como las cuerdas son las que forman las diversas estructuras materiales, a nivel subatómico y  también macroscópico, si se cumplen las condiciones antes indicadas, (mucho más fácil a nivel subatómico que macroscópico) la materia-energía puede atravesar las diferentes dimensiones del multiuniverso, viajando por el. Estos viajes incluirían a las consciencias animales y sobre todo, las humanas, que son más poderosas. Dicho de otro modo, una persona, quizá, convenientemente entrenada, o con poderes paranormales, podría viajar con su mente a otras dimensiones, a universos paralelos, saltándose las limitaciones espacio-temporales. Podrían explicarse, por otro lado, algunas desapariciones de objetos y personas, por ejemplo.

 

 

 

Entrelazamiento de nemes y consciencias

 

 

 

            Además , en este contexto cuántico en el que estamos, hay que tener en cuenta el fenómeno del entrelazamiento entre partículas materiales, que se ha demostrado ya a nivel subatómico, pero que se sospecha que pueda existir a niveles superiores: Dos partículas materiales están entrelazadas cuando sus propiedades (posición, movimiento, velocidad, etc) son las mismas, de forma que si cambian en una de las partículas, también cambian en la otra,  sin mediar espacio y tiempo, es decir que lo hacen sin tener en cuenta el espacio que las separa y de forma instantánea. Si el entrelazamiento también se produce en el mundo macroscópico, a gran escala ¿por qué no? explicaría hechos insólitos que con la ciencia ortodoxa no tienen explicación.

 

            Por ejemplo la emergencia simultánea de ideas a lo largo de la historia humana, como la teoría de la evolución, propuesta a la vez por Darwin y Wallace. Dicho de otra forma, los nemes que surgieron de sus mentes se entrelazaron; entraron en sintonía o resonancia con la misma frecuencia vibratoria de sus cuerdas; o bien, las cuerdas de los nemes de uno de los científicos saltó al otro científico sin atravesar ningún espacio-tiempo.

 

            De forma semejante se podrían explicar fenómenos de telepatía, adivinación del futuro, clarividencia y otros procesos paranormales en los que la mente tiene un papel fundamental. La energía mental, la energía consciente, se transmitiría, bien a través de ondas electromagnéticas, a velocidades cercanas a la de la luz, o, más rápidamente aun, mediante el entrelazamiento cuántico.

 

 

 

 

 

 

Cambios epigenéticos

 

 

 

             Los cambios epigenéticos que se producen en una persona como consecuencia de un cambio de consciencia (pensamientos, sentimientos y actitudes positivas tales como amor, solidaridad, esperanza, fe, ayuda al prójimo, trato afectuoso a los semejantes…) pueden transformar su organismo, haciéndolo más sano y feliz. Y es más: Como las personas son miembros de una sociedad, el despertar de los organismos y de las consciencias individuales

 

puede ser un proceso de entrelazamiento cuántico dentro de un multiuniverso de posibilidades y las sociedades humanas pueden sufrir un cambio saltacional, una evolución discontinua, tal como sucede con la evolución de los seres vivos según la teoría del equilibrio puntuado de S.J.Gould. De hecho, estos cambios bruscos sociales y de consciencia ya han sucedido en ciertas conductas sociales, como la emancipación de la mujer y un mejor trato a los niños en muchas  sociedades desarrolladas.

 

            Estas mejoras de las mentalidades y de las sociedades, según la moderna epigenética, se pueden perpetuar en las siguientes generaciones, no solo culturalmente sino también por procesos epigenéticos, es decir modificando las expresión de ciertos genes en la descendencia, según una suerte de “caracteres adquiridos”; en este caso, las mentes actúan epigenéticamente sobre los genes, mediante mensajeros bioquímicos, o quizá también, mediante ondas electromagnéticas, o posiblemente, mediante procesos cuánticos; estos genes son activados y se expresan de una determinada manera, provocando unos efectos concretos en el organismo (por ejemplo de curación de una dolencia). Los genes de los descendientes de estas personas pueden heredar estos modos de expresión y así sucesivamente. Esto sucedería si los genes de las células germinales, que están en testículos y ovarios, son “influidos” a lo largo de la vida de la persona, antes de la reproducción sexual; también podría suceder una acción epigenética durante la gestación. Así pues, el ambiente externo, las actitudes personales, los hábitos de conducta, etc, según las recientes investigaciones de la ciencia epigenética, influyen en los genes de las personas y también en sus descendientes. Por ejemplo, se ha comprobado que la educación atenta y cariñosa de los niños genera cambios genéticos beneficiosos que, a su vez, producen un incremento en la educación afectuosa de generaciones posteriores, y con ello una sociedad menos violenta y más segura.

 

 

 

 

Conclusión

 

 

 

            A modo de conclusión, extraigo los siguientes párrafos del magnífico libro del Dr. Dawson Church “El genio en sus genes” y hago unas breves reflexiones al respecto:

 

 

 

            Somos sistemas de energía consciente que dan origen a nuestra materia. La consciencia subyace y organiza la materia, y no al revés.

 

             Los cambios de la consciencia precipitan los cambios de la materia. Los cambios que la consciencia genera en nuestro cuerpo nos hablan de la mas potente herramienta para la curación que jamás hayamos descubierto.

 

            Existe un gran océano de consciencia en el que nadan nuestras mentes individuales.

 

           

            Según la teoría de la gran explosión, actualmente aceptada por la comunidad científica, este universo se originó a partir de una inmensa cantidad de energía que evolucionó expansionándose, enfriándose y convirtiéndose gradualmente en materia cada vez más compleja. ¿De donde salió esa energía? Los científicos no encuentran respuesta, pero si admitimos la teoría de los multiuniversos, quizás de otro universo; se van “creando” diferentes universos y la energía salta desde unos para formar otros en una especie de proceso cuántico. Pero esto no resuelve el problema del origen último de la energía, al no ser que admitamos que es eterna y en su devenir, se forman universos constituidos por la propia energía, que se convierte más o menos en materia a la vez que se crean el espacio y el tiempo en el proceso de la expansión. Supongamos que esta energía, además de ser eterna, es consciente; entonces nos encontramos ante universos “creados” a partir de esta consciencia energética (se le podría llamar Dios) y por lo tanto son universos conscientes, en donde la consciencia aparece en mayor o menor grado. En este contexto, los párrafos del Dr.Church tiene un profundo sentido….

 

Año 2009